Uruguay: los peludos de Bella Unión ocupamos la tierra para trabajar

Las 36 hectáreas son el comienzo de una larga pelea que queremos y debemos dar conjuntamente con el pueblo de Bella Unión y con el conjunto del pueblo uruguayo. Es así que convocamos a la población de Bella Unión a defender la lucha por tierra para los trabajadores, así como defendimos a las agroindustrias de la zona. Luchemos por trabajo y dignidad para todos.

Las 36 hectáreas son el comienzo de una larga pelea que queremos y debemos dar conjuntamente con el pueblo de Bella Unión y con el conjunto del pueblo uruguayo. Es así que convocamos a la población de Bella Unión a defender la lucha por tierra para los trabajadores, así como defendimos a las agroindustrias de la zona. Luchemos por trabajo y dignidad para todos.

España: Declaración de Cortes de la Frontera

VI Feria Estatal y II Andaluza de la biodiversidad agrícola y III Jornadas técnicas internacionales sobre semillas y recursos genéticos en la agricultura ecológica: “La biodiversidad agrícola y el conocimiento campesino, bases agroecológicas para un nuevo desarrollo rural" Nos oponemos a la imposición de una agricultura de patentes y transgénicos, que ponen en peligro el acceso de los agricultores y agricultoras al conocimiento y a la biodiversidad

VI Feria Estatal y II Andaluza de la biodiversidad agrícola y III Jornadas técnicas internacionales sobre semillas y recursos genéticos en la agricultura ecológica: “La biodiversidad agrícola y el conocimiento campesino, bases agroecológicas para un nuevo desarrollo rural" Nos oponemos a la imposición de una agricultura de patentes y transgénicos, que ponen en peligro el acceso de los agricultores y agricultoras al conocimiento y a la biodiversidad

Cartografía de las resistencias y desafíos de la Otra América posible

La coordinación de las resistencias al libre comercio y la militarización regional habrán de plantear también para los movimientos sociales involucrados la necesidad de avanzar en los contenidos de otra integración. Hacia finales de 2005, estos procesos se darán cita en las diferentes manifestaciones y la realización de la III Cumbre de los Pueblos que precipitarán el fracaso de la iniciativa estadounidense de relanzar allí el proceso del ALCA. Así también, a nivel regional o sectorial, otras experiencias tendrán lugar, entre ellas la realización del VI Foro Mesoamericano, las movilizaciones y actividades impulsadas por los movimientos de mujeres por el Día de Lucha por el Derecho al Aborto en América Latina y el Caribe y el IV Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC)

La coordinación de las resistencias al libre comercio y la militarización regional habrán de plantear también para los movimientos sociales involucrados la necesidad de avanzar en los contenidos de otra integración. Hacia finales de 2005, estos procesos se darán cita en las diferentes manifestaciones y la realización de la III Cumbre de los Pueblos que precipitarán el fracaso de la iniciativa estadounidense de relanzar allí el proceso del ALCA. Así también, a nivel regional o sectorial, otras experiencias tendrán lugar, entre ellas la realización del VI Foro Mesoamericano, las movilizaciones y actividades impulsadas por los movimientos de mujeres por el Día de Lucha por el Derecho al Aborto en América Latina y el Caribe y el IV Congreso de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo (CLOC)

Remendando la vida con la aguja del trabajo y el hilo de los sueños. En San Francisco de Icho, Chocó, Colombia

La racionalidad económica particularmente en la modernidad, ha sido el eje del desarrollo del territorio. Lo político y lo social van en gran medida supeditados a lo económico. Pero viene emergiendo otro paradigma y toda una crítica desde los años sesenta, empieza a verse lo territorial como construcción de sujetos. Es decir, aparecen una serie de elementos para hablarnos de un territorio que se construye socialmente

La racionalidad económica particularmente en la modernidad, ha sido el eje del desarrollo del territorio. Lo político y lo social van en gran medida supeditados a lo económico. Pero viene emergiendo otro paradigma y toda una crítica desde los años sesenta, empieza a verse lo territorial como construcción de sujetos. Es decir, aparecen una serie de elementos para hablarnos de un territorio que se construye socialmente

Venezuela: territorios productivos, semillas y soberanía alimentaria

Es nuestro devenir revolucionario hemos aprendido y compartido con el Movimiento Vía Campesina, que la lucha por el derecho a la tierra y los territorios, el derecho al acceso al agua, los bosques, los suelos y la defensa de la vida son inseparables de la soberanía alimentaria, entendida como el derecho de los pueblos a decidir de forma autóctona, sin ningún tipo de presión, ni imposición, la agricultura que quieren tener y los alimentos que quieren consumir como se ha establecido en nuestra Constitución Nacional. Afirmamos, sin semillas no hay agricultura, sin agricultura no hay alimentos y sin alimentos no hay pueblos. ... En nuestra Venezuela revolucionaria hemos re-encontrado las bases de nuestro patrimonio genético de nuestras semillas y embriones

Es nuestro devenir revolucionario hemos aprendido y compartido con el Movimiento Vía Campesina, que la lucha por el derecho a la tierra y los territorios, el derecho al acceso al agua, los bosques, los suelos y la defensa de la vida son inseparables de la soberanía alimentaria, entendida como el derecho de los pueblos a decidir de forma autóctona, sin ningún tipo de presión, ni imposición, la agricultura que quieren tener y los alimentos que quieren consumir como se ha establecido en nuestra Constitución Nacional. Afirmamos, sin semillas no hay agricultura, sin agricultura no hay alimentos y sin alimentos no hay pueblos. ... En nuestra Venezuela revolucionaria hemos re-encontrado las bases de nuestro patrimonio genético de nuestras semillas y embriones

¿Adónde nos lleva la Bioseguridad?

En todo el mundo, los procesos de formulación de leyes nacionales de bioseguridad están cada vez más desligados de la gente a la cual se supone deben servir. Lo habitual es que la elaboración de las leyes ocurra a puertas cerradas, entre elites locales y “expertos” extranjeros pertenecientes a los grupos de poder de la ingeniería genética, y con las empresas por ahí cerca para maniobrar la discusión. Mientras tanto, las comunidades rurales, que son quienes corren mayor riesgo con la introducción de los cultivos transgénicos, quedan completamente al margen de los procesos.

En todo el mundo, los procesos de formulación de leyes nacionales de bioseguridad están cada vez más desligados de la gente a la cual se supone deben servir. Lo habitual es que la elaboración de las leyes ocurra a puertas cerradas, entre elites locales y “expertos” extranjeros pertenecientes a los grupos de poder de la ingeniería genética, y con las empresas por ahí cerca para maniobrar la discusión. Mientras tanto, las comunidades rurales, que son quienes corren mayor riesgo con la introducción de los cultivos transgénicos, quedan completamente al margen de los procesos.

El tratado de semillas de la FAO: de los derechos de los agricultores a los privilegios de los obtentores

El Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura –a veces denominado en forma abreviada como el ”tratado de semillas”— fue adoptado por los estados miembros de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) en 2001 y entró en vigor en 2004. En este momento, los gobiernos que lo firmaron están elaborando los detalles acerca de cómo aplicar el Tratado, en especial las normas sobre acceso a los materiales genéticos asignados al sistema multilateral y las condiciones de un acuerdo de transferencia de material asociado a todos los intercambios de semillas. Alejado de sus raíces de luchar por afirmar los derechos de los agricultores como contraposición a los derechos de los obtentores, el Tratado se refiere principalmente al otorgamiento de privilegios nuevos para la industria semillerista. Le dará a las compañías privadas libre acceso a la mayoría de las colecciones mundiales de germoplasma público, sin obligación alguna de compartir a cambio sus propios materiales. En consecuencia, las variedades de cultivos que desarrollen serán suyas y podrán venderlas y lucrar con ellas, en la mayoría de los casos sin restricción alguna que obligue a las compañías a compartir las ganancias devengadas.

El Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura –a veces denominado en forma abreviada como el ”tratado de semillas”— fue adoptado por los estados miembros de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) en 2001 y entró en vigor en 2004. En este momento, los gobiernos que lo firmaron están elaborando los detalles acerca de cómo aplicar el Tratado, en especial las normas sobre acceso a los materiales genéticos asignados al sistema multilateral y las condiciones de un acuerdo de transferencia de material asociado a todos los intercambios de semillas. Alejado de sus raíces de luchar por afirmar los derechos de los agricultores como contraposición a los derechos de los obtentores, el Tratado se refiere principalmente al otorgamiento de privilegios nuevos para la industria semillerista. Le dará a las compañías privadas libre acceso a la mayoría de las colecciones mundiales de germoplasma público, sin obligación alguna de compartir a cambio sus propios materiales. En consecuencia, las variedades de cultivos que desarrollen serán suyas y podrán venderlas y lucrar con ellas, en la mayoría de los casos sin restricción alguna que obligue a las compañías a compartir las ganancias devengadas.

Entrevista a Jack Kloppenburg

Jack Kloppenburg es Profesor de Sociología Rural en la Universidad de Wisconsin - Madison en los EE.UU. Es muy conocido por sus análisis de los impactos sociales emergentes de la biotecnología, y por su labor en la controversia global sobre acceso y control de la biodiversidad. Su libro recientemente actualizado y reeditado "First the Seed: The Political Economy of Plant Biotechnology" ("Primero la Semilla: La Economía Política de la Biotecnología Vegetal") está considerado como un aporte fecundo en este campo. Este trabajo fue clave en el despertar de muchas personas respecto de las implicaciones sociales de la biotecnología (inclusive para algunos de nosotros en GRAIN), particularmente en lo concerniente al sistema alimentario.

Jack Kloppenburg es Profesor de Sociología Rural en la Universidad de Wisconsin - Madison en los EE.UU. Es muy conocido por sus análisis de los impactos sociales emergentes de la biotecnología, y por su labor en la controversia global sobre acceso y control de la biodiversidad. Su libro recientemente actualizado y reeditado "First the Seed: The Political Economy of Plant Biotechnology" ("Primero la Semilla: La Economía Política de la Biotecnología Vegetal") está considerado como un aporte fecundo en este campo. Este trabajo fue clave en el despertar de muchas personas respecto de las implicaciones sociales de la biotecnología (inclusive para algunos de nosotros en GRAIN), particularmente en lo concerniente al sistema alimentario.