Corporaciones

GRAIN se centra principalmente en respaldar a movimientos sociales por todo el mundo en su resistencia contra el creciente control corporativo de la producción de alimentos, los mercados y el comercio. Emprendemos investigaciones de cómo las corporaciones —incluidos los agronegocios, los gigantes de la distribución alimentaria y la llamada industria financiera— desplazan a millones de productores en pequeña escala. A la vez, investigamos el papel de los tratados de libre comercio e inversión para imponer las condiciones legales para perpetrar el despojo. 

Además de producir información, respaldamos los esfuerzos de nuestras contrapartes y de los movimientos populares por mejorar las estrategias, la cooperación y las acciones que logren desafiar al poder corporativo y construir colectivamente capacidades propias.

La gripe aviar: una bonanza para el 'gran negocio del pollo'

La crisis de la gripe aviar se agrava. Hace un año, cuando los gobiernos estaban obsesionados con enviar equipos de observación a los humedales y la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señalaba con su índice acusador a la abundante cría familiar de aves de corral en Asia y África, GRAIN y otros grupos destacaban que eran la cría industrial en gran escala y el comercio mundial avícola quienes estaban diseminando la gripe aviar – no las aves silvestres ni los animales de corral. Actualmente esto ya es de conocimiento popular, aun cuando se está haciendo poco por controlar el origen industrial del problema y los gobiernos todavía siguen circulando vergonzosamente la teoría de las aves silvestres para eludir su responsabilidad. Hace apenas unas pocas semanas, las autoridades de Moscú responsabilizaron a las aves migratorias por un estallido cerca de la ciudad – en pleno invierno ruso.No obstante, cada vez más se hace visible una dimensión más siniestra de la crisis de la gripe aviar. El año pasado advertíamos que la gripe aviar estaba siendo utilizada para imponer los intereses de las grandes empresas, poniendo en peligro el sustento y la salud de millones de personas. Actualmente, más que nunca, la agroindustria utiliza la tragedia para consolidar sus cadenas de alimentos – donde dominan desde la granja hasta la fábrica y el supermercado –, criminalizando la competencia a pequeña escala mientras las compañías farmacéuticas socavan las buenas intenciones invertidas en la base de datos mundial de muestras de gripe para lucrar con la desesperación de mercados de vacunas cautivos. Dos organismos de las Naciones Unidas – la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS) – están en el centro de esta historia, utilizando su prestigio internacional, el acceso que tienen a los gobiernos y el control que detentan sobre el flujo de donaciones, para imponer los intereses empresariales.

La crisis de la gripe aviar se agrava. Hace un año, cuando los gobiernos estaban obsesionados con enviar equipos de observación a los humedales y la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) señalaba con su índice acusador a la abundante cría familiar de aves de corral en Asia y África, GRAIN y otros grupos destacaban que eran la cría industrial en gran escala y el comercio mundial avícola quienes estaban diseminando la gripe aviar – no las aves silvestres ni los animales de corral. Actualmente esto ya es de conocimiento popular, aun cuando se está haciendo poco por controlar el origen industrial del problema y los gobiernos todavía siguen circulando vergonzosamente la teoría de las aves silvestres para eludir su responsabilidad. Hace apenas unas pocas semanas, las autoridades de Moscú responsabilizaron a las aves migratorias por un estallido cerca de la ciudad – en pleno invierno ruso.No obstante, cada vez más se hace visible una dimensión más siniestra de la crisis de la gripe aviar. El año pasado advertíamos que la gripe aviar estaba siendo utilizada para imponer los intereses de las grandes empresas, poniendo en peligro el sustento y la salud de millones de personas. Actualmente, más que nunca, la agroindustria utiliza la tragedia para consolidar sus cadenas de alimentos – donde dominan desde la granja hasta la fábrica y el supermercado –, criminalizando la competencia a pequeña escala mientras las compañías farmacéuticas socavan las buenas intenciones invertidas en la base de datos mundial de muestras de gripe para lucrar con la desesperación de mercados de vacunas cautivos. Dos organismos de las Naciones Unidas – la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS) – están en el centro de esta historia, utilizando su prestigio internacional, el acceso que tienen a los gobiernos y el control que detentan sobre el flujo de donaciones, para imponer los intereses empresariales.