India está hoy experimentando una importante transformación de su sector de semillas oleaginosas, producto de ambiciosos planes de expansión del cultivo de palma aceitera africana. Sin embargo, este gran proyecto amenaza la diversidad de cultivos de oleaginosas del país, haciendo sonar las alarmas para campesinas y campesinos, para la salud pública y el medio ambiente.Con más de 20% del consumo global, India se ha convertido en uno de los principales consumidores de aceite de palma a nivel mundial. Sus usos van más allá de la cocina: sirve como biocombustible y se utiliza en alimentos procesados y cosméticos. Un sorprendente 99% de este aceite de palma se importa, sobre todo, de Indonesia y Malasia.Con el fin de hacer frente a esta fuerte dependencia frente a las importaciones, en agosto de 2021 el gobierno indio puso en marcha su Misión Nacional sobre Aceites Comestibles y Palma Aceitera. Su objetivo es ampliar las zonas de cultivo de palma aceitera e incentivar la producción. En enero de 2022 se cultivaban unas 370 mil hectáreas de palma aceitera. El programa busca agregar 650 mil hectáreas para 2025-2026, de las cuales 328 mil se ubicarían en la región del nordeste de India y 322 mil en el resto del país alcanzando con esto el objetivo final de un millón de hectáreas.El ansia por aceite de palma en India es un fenómeno más o menos reciente. Históricamente el país ha contado con una amplia gama de oleaginosas locales, tales como el aceite de ricino, de coco, de girasol y de sésamo [o ajonjolí]. Pero durante las últimas dos décadas el sector de las semillas oleaginosas se ha visto debilitado en gran medida por el crecimiento del control corporativo y la liberalización comercial internacional. Así se pasó de la autosuficiencia a depender de las importaciones, y de una economía conducida por pequeños empresarios a una dominada por corporaciones multinacionales. La consecuencia es que los patrones de consumo en la India comenzaron a cambiar. En lugar de los aceites tradicionales disponibles a nivel local, como el aceite de coco en el sur, la mostaza en el norte y el este, o las semillas de algodón y maní en el oeste, la gente que los consume comenzó a aceptar el aceite de palma como su principal aceite comestible.En la actualidad India importa cerca de 60% de sus aceites comestibles, y más o menos un 65% es aceite de palma.El plan de expansión a gran escala de la palma aceiteraLa misión relacionada con la palma aceitera seleccionó dos regiones prioritarias para expandir la palma: los estados del nordeste y las islas Andamán y Nicobar. En 2020 un comité conjunto del Consejo Indio de Investigación Agrícola y del Instituto Indio de Investigación de la Palma Aceitera identificó un área potencial de cerca de 2.8 millones de hectáreas, de las que 962 mil hectáreas corresponden a la región nordeste. A ello se sumó un aporte monetario de 1320 millones de dólares del gobierno indio, con el objetivo de proporcionar cuantiosas subvenciones y beneficios financieros para alentar a la gente implicada en la agricultura a aventurarse en el cultivo de palma aceitera.Como parte de esto, y con el objetivo de proteger a los agricultores de las fluctuaciones de los precios globales, el gobierno indio se comprometió a garantizar un precio para la gente involucrada en la producción de palma aceitera. Estas medidas tienen un objetivo claro: aumentar de un modo significativo la producción de aceite de palma crudo y el consumo de este aceite. El objetivo es ambicioso: lograr una tasa de consumo anual de 19 kilogramos por persona y un nivel de producción de 1.12 millones de toneladas para 2025-26.Plantaciones de palma aceitera en el nordeste y experiencias desfavorables en MizoramAlgunos estados del nordeste, como Arunachal Pradesh, Assam, Mizoram, Nagaland y Tripura, no son nuevos en relación con la palma aceitera. Entre 2018 y2019 la superficie total de cultivo en esta región fue de 38 mil 358 hectáreas, donde Mizroan tenía el área mayor: 26 mil 730 hectáreas.Es probablemente aquí donde las consecuencias de dos décadas de plantaciones de palma aceitera son más duras. Un informe de 2023 sobre la expansión de la palma aceitera en esa región expone los impactos desastrosos en el estado de Mizoram, en especial el agotamiento del agua por la demanda excesiva en las plantaciones y el agotamiento de la fertilidad del suelo debido al uso intensivo de insumos químicos.La palma aceitera requiere una cantidad increíble de agua: unos 300 litros por planta al día, lo que supone un total diario de 45 mil litros de agua por hectárea más o menos. En conversaciones con GRAIN, el presidente del Centro para la Protección del Medio Ambiente de Mizoram, A.C. Zonunmawia destacó el terrible impacto de estas plantaciones en las agua subterráneas, y también el agotamiento del recurso hídrico. A pesar del intenso uso de agroquímicos por parte de quienes producen palma aceitera, el verdadero impacto sobre las fuentes de agua es desconocido, debido a la falta de laboratorios en la región para comprobar la contaminación del agua por los pesticidas.Además, una investigación sobre la biología del suelo en las plantaciones de palma aceitera realizada por C. Zohmingsangi, académico del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Mizoram, reveló un deterioro de las propiedades físico-químicas y de la actividad enzimática de estos suelos, en comparación con otro suelo forestal (utilizado como muestra de control). Pero la observación más alarmante fue la marcada ausencia de macro-organismos en el suelo, tales como hormigas, lombrices, ciempiés y milpiés, lo que subraya la profunda alteración de los ecosistemas del suelo.Los impactos sobre la vida comunitaria El cambio en el uso del suelo en tierras de propiedad comunitaria para ocuparlas con plantaciones de palma aceitera, ha perturbado significativamente la vida en comunidad. Con las plantaciones de palma aceitera, el control sobre la gestión de la tierra ha pasado de manos de los gram panchayats (consejos del poblado) y de los consejos comunitarios locales, a manos de las empresas de palma aceitera, que determinan la gestión de la tierra en estas plantaciones. Esto significa un duro golpe a la práctica tradicional del jhum.Entre los grupos tribales del nordeste, el Jhum es una práctica agrícola tradicional de rotación mediante cultivos itinerantes. En Mizoram, entre 2015 y 2019, el área dedicada al jhum disminuyó cerca un 20.74%. Los informes del gobierno de esta entidad han señalado que el cultivo de palma aceitera es un pieza fundamental en la disminución de las áreas de jhum. Esto resulta evidente cuando se observa la rápida expansión de la producción de aceite en Mizoram, con plantaciones de palma que pasaron de apenas 1878 hectáreas en el periodo 2010-2011, a la asombrosa cifra de 26 mil 730 hectáreas en 2021-2022. En estas zonas el jhum se verá limitado por al menos 15 a 20 años.Esta rápida disminución del cultivo itinerante, junto con la transición a parcelas agrícolas individuales, dan lugar a una marcada reducción de la participación de las mujeres en la agricultura. Históricamente las mujeres desempeñaron papeles fundamentales en el jhum, siendo responsables de la producción de alimentos para el hogar, de la labranza de la tierra y de la toma de decisiones sobre los cultivos. Sin embargo, la práctica de pasar las tierras a propiedades individuales, generalmente a título de miembros masculinos de la familia, ha excluido a las mujeres de los derechos de propiedad y de los procesos cruciales de toma de decisiones sobre el uso de la tierra. Con la producción de palma aceitera pasaron de ser socias en igualdad de condiciones en la práctica del jhum, a ser trabajadoras de bajos ingresos que sólo clasifican y muelen los frutos.Cultivo de palma aceitera en Mizoram. Tomada por Vanlal Ruata Pachuau, agricultor de palma aceitera del distrito de Mamil, Mizoram.Falsas promesasEl gran paso hacia el cultivo de palma aceitera en Mizoram puede atribuirse al significativo apoyo de la empresa Godrej Agrovet durante los primeros años de instalación de plantaciones. En 2021, esta compañía duplicó el precio de compra de racimos de fruta fresca a 0.12 dólares por kg. Pero además el gobierno indio amplió los beneficios mediante una pago directo de 0.42 dólares por kg, depositados en las cuentas individuales de los agricultores. No obstante, Vanlal Ruata Pachuau, un productor de palma aceitera en el distrito de Mamit, reveló a GRAIN que si bien el año pasado recibió en su cuenta la transferencia del gobierno, aún no ha recibido la de este año. Vanlal señaló además que, a diferencia de las otras dos industrias que operan en Mizoram, Ruchi Soya y 3F, sólo Godrej Agrovet le compra a la gente.En la mayoría de los casos en que agricultoras y agricultores han sufrido reveses en sus proyectos de palma aceitera, han debido arreglárselas por sí solos. Un estudio realizado en el distrito Kolasib, en Mizoram, reveló que los intentos de practicar cultivos intercalados y mixtos al interior de las plantaciones de palma aceitera, por parte de la mayoría de agricultoras y agricultores, a menudo fracasaban. Cuando se intercalaban entre las palmeras, estos cultivos con frecuencia producían poco o ni siquiera podían cosecharse. Según Lalawmpuia, investigador de la Universidad de Mizoram, éste es el caso de la piña, que a pesar de ser recomendada como cultivo asociado, fracasó debido a la insuficiente luz solar bajo el dosel de las palmeras. Lalawmpuia afirma que quienes trabajan en ladera enfrentan un desafío adicional. Sus frutos son de calidad inferior en comparación con los del llano, lo que los hace menos atractivos para los compradores. El resultado es que muchos agricultores están abandonando el cultivo de palma aceitera.Esto es corroborado por el doctor Vanramliana, del Departamento de Ciencias de la Vida de la Universidad de Pachhunga. El académico añade que cosechar racimos de palma cuesta arriba, cuando cada uno de éstos pesa entre 20 y 30 kilos, requiere mucha mano de obra, o que lo hace más costoso. Sin embargo, resulta difícil reutilizar la tierra para otros cultivos cuando quienes laboran en las colinas de Mizoram abandonan gradualmente el cultivo de palma aceitera.Incertidumbre sobre la palma aceitera en las islas de Andamán y NicobarMientras tanto, la intención de expandir las plantaciones en las islas Andamán y Nicobar por parte de la misión nacional de palma aceitera, ha tenido algunos reveses. Esto se debe sobre todo a que el gobierno ignoró una prohibición de plantar ahí, que data de 2002, por parte la Corte Suprema. Ya en 2018, buscando transformar 16 mil hectáreas de tierras forestales en tierras para palma aceitera, la administración local había solicitado al Tribunal levantar esta prohibición. Sin embargo, en esta oportunidad el Tribunal buscó asesoría por parte del Consejo Indio de Investigación y Educación Forestal (ICFRE), que recomendó cautela, instó a realizar estudios detallados de impacto ecológico y pidió evitar la introducción de palma aceitera en áreas ricas en biodiversidad, incluidos los pastizales.En una nota presentada por un panel de expertos que asiste a la Corte Suprema en casos sobre bosques y vida silvestre en enero de 2023, el panel señaló diversos fracasos anteriores de las plantaciones de palma aceitera en la isla, y recomendó no traspasar tierras forestales. Los expertos consideraron que tales permisos violaban la Ley de Conservación Forestal, y que de entregarse, podría sentar precedente para actividades agrícolas similares en tierras forestales en otros estados.Las presiones de la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma SustentableLos grupos ambientalistas y de la sociedad civil del nordeste de India se encuentran muy preocupados por la promoción de la palma aceitera en su región. Esta área alberga los últimos bosques tropicales que quedan en el subcontinente, vitales para la diversidad de la flora, la fauna y las distintas especies de cultivos. Es conocida además como un centro de germoplasma de arroz y abundante en parientes silvestres de cultivos, plantas medicinales y otras especies de plantas raras.Una parte importante de estos bosques ha sido tradicionalmente gestionada por comunidades locales, por lo que la invasión de plantaciones de palma aceitera amenaza con despojar a estas comunidades de sus derechos consuetudinarios sobre los bosques. En Arunachal Pradesh, donde 62% de la superficie forestal es utilizada para cultivo tipo jhum y gestionada por la comunidad, se ha implantado la falsa idea de que las tierras jhum están “degradadas” o son “improductivas”. Por el contrario, estas tierras son fuentes de ingresos básicos, cruciales para la soberanía alimentaria y los medios de vida de las comunidades del nordeste. El caso de Indonesia, donde el 41% de las antiguas selvas tropicales fue reemplazado por plantaciones de palmas, debería servir como advertencia sobre las consecuencias de tales proyectos.Como era de esperar, estos avances en materia de palma aceitera no han escapado al radar de la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sustentable (RSPO por si siglas en inglés), que astutamente está introduciéndose en el nordeste de la India. Su objetivo es promover las plantaciones de palma aceitera, realizar charlas sobre sustentabilidad para agricultoras y agricultores, y al mismo tiempo buscar asociaciones sólidas con la industria del aceite de palma de la India. Lo más importante es que intenta disminuir la resistencia de las comunidades locales a la expansión de la palma aceitera.La abundante evidencia de Indonesia y Malasia no hacen sino aumentar las preocupaciones sobre las plantaciones certificadas por la RSPO. Hay denuncias que vinculan estas plantaciones a violaciones de los Derechos Humanos, a conflictos territoriales, al desplazamiento de comunidades indígenas y habitantes de los bosques, y a una degradación ambiental. Más que un legítimo mecanismo para que las empresas de palma aceitera se hagan responsables de sus actos, la RSPO es considerada un instrumento de márketing. Ésta ha hecho esfuerzos mínimos por abordar temáticas sociales, laborales y ambientales, a menudo priorizando “retoques” superficiales en las plantaciones, mientras mantiene una agenda de expansión desenfrenada.La resistencia popularEn el nordeste, a medida que la desilusión se extiende y la gente ve más allá de las imágenes publicitarias, aumenta la oposición a las plantaciones de palma aceitera. En mayo de 2022, en un diálogo público celebrado en Manipur, se declaró de manera enérgica que las plantaciones de palma aceitera no deben realizarse sin el consentimiento de la comunidad. Una de las sugerencias surgida durante este diálogo aboga, como una alternativa a la palma aceitera, cultivar mostaza y producir aceite de mostaza. En Nagaland, y de manera similar, la Federación de Estudiantes Naga (NSF por sus siglas en ingles) expresó serias preocupaciones sobre los impactos negativos a largo plazo de las plantaciones de palma aceitera sobre la salud, los bosques, la biodiversidad y la calidad del suelo.En Assam, los partidos políticos progresistas han instado a las empresas de aceite de palma, en particular a la Patanjali Foods, propiedad de Baba Ramdev, a poner fin a sus iniciativas de cultivo de palma aceitera, haciendo especial énfasis en el importante riesgo que representan para el medio ambiente y la biodiversidad de la región. Además, varios miembros del Parlamento del noreste, abarcando de manera transversal el espectro ideológico, han instado colectivamente al gobierno indio a reconsiderar el cultivo de palma aceitera en la región.Menghalaya es el único estado disidente entre los siete designados para la expansión de la palma aceitera, lo que lo convirtió en la piedra en el zapato del gobierno indio. En particular, los ministros de agricultura y de salud se han opuesto abiertamente a la promoción de plantaciones de palma aceitera, remarcando su preocupación sobre los impactos sociales, ambientales y en los medios de vida comunitarios.A medida que el país avanza en la expansión de la palma aceitera, la postura de Menghalaya dice mucho sobre los graves asuntos en juego.Fotografía de cabecera: Terreno desbrozado para la plantación de aceite de palma en Darlak, distrito de Mamit, Mizoram. Foto de Lalvohbika vía Mongabay.