“Con estos contratos en los que supuestamente todos ganan, me gustaría saber qué ganan nuestras comunidades, por el contrario, nosotros salimos perdiendo e incluso estamos muriendo a fuego lento.” Con este grito de desesperación describe Célestine Ndong (1) la amarga situación que se vive en Mouilla, Gabón, donde se desarrolla desde hace algunos años el programa GRAINE [semilla en francés]. Dicho programa, cuyo nombre GRAINE es el acrónimo en francés de “Iniciativa gabonesa para logros agrícolas con ciudadanos comprometidos” (Gabonaise des Réalisations Agricoles et des Initiatives des Nationaux Engagés), comenzó en diciembre de 2014. Se trata de una asociación Público-Privada (PPP) en la que participa la multinacional agroindustrial OLAM, y cuyos objetivos son reducir la pobreza y crear empleo, lograr la seguridad alimentaria, y apoyar el desarrollo y la diversificación económica de la república gabonesa (2). Puesto en marcha gracias al apoyo financiero de la FAO (3), el programa se implementa en 200.000 hectáreas de tierras ocupadas por comunidades (4). De esas 200.000 hectáreas, el programa afirma que 120.000 se destinarán a los pequeños productores y 80.000 a la agricultura industrial. La compañía para el desarrollo agrícola y rural (SOTRADER, por su sigla en francés), es una herramienta clave que tiene a OLAM Gabón como socio técnico. La empresa conjunta es 51 por ciento propiedad del Estado gabonés y 49 por ciento de OLAM International, y es la “columna vertebral” del programa. La falta de claridad entre estas entidades hace que las comunidades y los ciudadanos de Gabón tengan dificultades para distinguirlas entre sí. Para muchos, GRAINE no es más que la justificación de OLAM Gabón para proseguir controlando el país como lo hace desde 2010 (5). Los objetivos de esa estrategia no solo se enfocan en la palma aceitera, sino también en el caucho, la madera y otros recursos. En la página del sitio de OLAM reservada a GRAINE (6) se puede ver qué se dice de esta iniciativa que celebra la agroindustria en un país que lucha por salir de la importación de alimentos básicos para su población. Esta importación le cuesta al país unos 300 mil millones de francos CFA por año, alrededor de US 514 millones de dólares (7). El miércoles 8 de febrero de 2017, con un grupo de campesinas y campesinos y de organizaciones de la sociedad civil gabonesas e internacionales, nos dirigimos al eje Mouilla-Fougamou para descubrir el resultado de las promesas de OLAM y de sus aliados. Ríos enterrados junto con sus reservas de peces, empleos inexistentes, aumento de la precariedad, tierras acaparadas, aguas contaminadas, abandono de las aldeas por parte de los jóvenes: tal es la realidad cotidiana de la población. “Estamos aquí, en este palmar de OLAM, en un terreno rellenado, donde había un río que contenía peces y toda clase de productos pesqueros para nuestro consumo, pero como ustedes ven, ese río ya no existe. OLAM lo destruyó”, dice con amargura una señora de más de sesenta años, que se mantiene en pie con dificultad. Mboukou, que se encuentra a unos 32 kilómetros de Mouilla, paga un precio alto por la intención de OLAM de realizar en Gabón “la mayor plantación de palma aceitera de África” (8), cuando la prioridad para el país es lograr la autosuficiencia alimentaria. Se comprueba entonces con toda claridad que la agricultura industrial y destinada a la exportación es lo más importante para el programa GRAINE, puesto que, de las zonas otorgadas por el Estado, sólo se concentran los esfuerzos de producción en aquellas aptas para el cultivo de la palma. A propósito de esto, ya se ha llegado a 42.000 hectáreas de plantaciones de palma aceitera, mientras que los cultivos de productos alimentarios (banana, mandioca, tomate, pimiento) cubren sólo 8.000 hectáreas, por ejemplo, en la zona de Ndendé. Junto al acaparamiento de tierras y a la destrucción de ríos, constatamos asimismo la inexistencia de los empleos prometidos para los jóvenes de las aldeas. La visita a las plantaciones nos permitió ver que la mano de obra provenía de Asia. Incluso las tareas más habituales en los palmares eran realizadas por extranjeros. Así, la mano de obra local se vuelve escasa y parece estar en vías de extinción. En Yamba, otra aldea donde OLAM tiene plantaciones, la situación es igualmente desoladora. Las plantaciones de OLAM están “frente a las puertas de las casas”, cuando la legislación del país exige respetar una distancia reglamentaria. “La administración y los operadores forestales habían propuesto una zona de amortiguación de cinco kilómetros, que las poblaciones ya consideraban insuficiente; hoy, como pueden ver ustedes, las plantaciones están a menos de dos kilómetros de nuestras cabañas”, dice indignado un cultivador de Saint-Martin, otra aldea igualmente afectada. Sin embargo, GRAINE continúa clamando que es un programa único en su género, que apunta al desarrollo local y a la diversificación de la economía gabonesa. Mientras tanto, actores de GRAINE como OLAM han exportado el aceite de palma a España, Camerún y Nigeria. “Evidentemente, este programa es una trampa para hacernos perder nuestras tierras por medio de contratos difíciles de entender y de los que también es difícil obtener copia”, repite encolerizado un miembro de una cooperativa mensualmente remunerada por el programa GRAINE. Y prosigue diciendo: “En sus explicaciones, los técnicos de SOTRADER nos hacen ver el riesgo que corremos si no logramos una producción que permita reembolsar la prefinanciación otorgada por OLAM y SOTRADER, es decir las semillas, los fertilizantes, la maquinaria y los sueldos de 100.000 francos CFA”. Mientras que se dieron algunos títulos de propiedad (9) que muchos cuestionan debido a la falta de concertación y de consulta a las poblaciones (y que en realidad son decretos firmados por él), el presidente de la República, de la mano de OLAM, afirma estar realizando el desarrollo de Gabón. Sin embargo, esta nueva era en la que los campesinos se convierten en asalariados de cooperativas fomentadas y fabricadas por el programa GRAINE, augura numerosos problemas para lograr que la alimentación de los gaboneses dependa de sus propios agricultores. RADD Camerún; SEFE Camerún; YETHIO Costa de Marfil; SYNAPARCAM Camerún; GRAIN y WRM (1) Este nombre fue modificado por razones de seguridad. (2) Informe del Foro GRAINE, del 5 al 7 de noviembre de 2015. (3) https://www.oxfordbusinessgroup.com/news/progression-des-plans-gabonais-en-mati%C3%A8re-d%E2%80%99agriculture. (4) https://www.farmlandgrab.org/post/view/25462. (5) http://49tmko49h46b4e0czy3rlqaye1b.wpengine.netdna-cdn.com/wp-content/uploads/2011/12/nov152010-gabon_palm-ppt.pdf. (6) http://olamgroup.com/products-services/food-staples-packaged-foods/palm/upstream/graine/. (7) http://gaboneco.com/projet-graine-ces-plantations-de-l-espoir.html. (8) Entrevista a Gagan GUPTA, en African Business Nº 40, agosto-setiembre de 2015. (9) http://gabonreview.com/blog/des-agrements-des-titres-fonciers-et-des-graines-prometteuses-dans-la-ngounie/.