Los registros digitales con información sobre la tierra y otros recursos naturales se están convirtiendo en los nuevos “certificados de nacimiento” de las propiedades rurales. La localización y medición de la tierra a través de la tecnología de georreferenciación (GPS) cada vez más pasan a ser requisitos obligatorios para el acceso a las políticas públicas, el acceso al crédito, el cumplimiento de la normativa ambiental, y se vuelven una condición para definir los derechos de propiedad en los procesos de regularización de tierras.En la siguiente infografía desglosamos los vericuetos y el intrincado laberinto por el que los intereses empresariales, con el apoyo de instituciones internacionales como el Banco Mundial, acaparan tierras con estas nuevas tecnologías en detrimento de las tierras públicas y territorios colectivos de comunidades campesinas e indígenas.Esta infografía resalta los principales hallazgos de una minuciosa investigación realizada por GRAIN con apoyo de organizaciones locales en cinco países de América del Sur buscando frenar el violento ciclo de despojo en curso.El informe de GRAIN identifica el proceso de digitalización de la tierra que está contribuyendo a la masiva privatización y financiarización de la tierra, sobre todo en las áreas de expansión e inversión del agronegocio, que requiere meter al mercado tierras públicas y colectivas para activar la financiarización. Puedes acceder al informe completo aquí.Como siempre, el problema no es tecnológico y la solución tiene que ser política. En este caso, pasa necesariamente por la asignación prioritaria de tierras públicas para hacer efectivos los derechos territoriales colectivos de los pueblos rurales. ¡Por una reforma agraria integral y popular!Bajar la infografía aqui.