Monte Sinaí, barrio popular de Guayaquil, Ecuador. Foto de Iván Castaneira. Presentamos un informe tejido a muchas manos y desde diferentes rincones de nuestra América Latina que intenta recoger la respuesta de los poderes estatal, gubernamental, corporativo y represivo ante las condiciones de emergencia que esta pandemia ha impuesto en diferentes regiones de Brasil, Paraguay, Uruguay, Argentina, Chile, Ecuador, Colombia, Costa Rica, Honduras y México, lugares donde existen organizaciones y centros de investigación que nos reconocemos en la Alianza Biodiversidad. Ganancias, privilegios, control y represión: la respuesta sistémica ante la pandemia, es un recuento puntual de reformas e imposiciones que recrudecen las condiciones de zozobra, indefensión, malestar, sojuzgamiento y violencia a las que está siendo sometida la población latinoamericana en estos tiempos de emergencia.La pandemia y la respuesta del poderDesde que comenzó la cuarentena en forma casi global, en América Latina el agronegocio, y otras muchas puntas de la industria no sólo no mantuvieron cuarentena sino que continúan con total impunidad profundizando sus impactos y daños a comunidades y ecosistemas. Aprovechando la fragilidad provocada por la pandemia, el capitalismo busca reacomodarse o evolucionar pero manteniendo sus mismos viejos hábitos que le sirven para seguirse perpetuando: obtener ganancias, privilegios, para lo cual exacerba el control y la represión.Este documento, colectivo, es apenas una miradita de todo lo que recorre las venas abiertas de América Latina. Y lo anotado no agota lo que está ocurriendo.Los ajustes en las políticas públicas, reformas constitucionales, leyes y normativas son promovidos a ultranza. Crece el saqueo territorial. Las actividades agroindustriales, la minería, la extracción petrolera y de todas las fuentes de energía y agua fueron exceptuadas de la cuarentena por considerarse “actividades esenciales”. Esto acelera el saqueo al agilizar concesiones y licencias y manifestaciones de impacto ambiental.Aumenta la represión. Cuerpos policiacos, guardias nacionales y ejército salen a las calles, llegan a comunidades y aulas. La violencia contra las mujeres se intensifica hasta límites nunca vistos, crecen los asesinatos contra quienes defienden derechos humanos, territorios y el ambiente, o están contra megaproyectos y crimen organizado.Las fronteras del asedio son los sitios donde las comunidades rurales sufren los embates y el acorralamiento de corredores industriales, megaproyectos, extractivismo o plantaciones, vulnerando sus filtros sanitarios por el cinturón de servicios, corrupción y giros negros. Las comunidades terminan profundamente dañadas por la pandemia.También se promueve la agricultura industrial. Obedeciendo los TLC, los gobiernos marginan la producción independiente y campesina, y alegan normas de higiene inalcanzables y absurdas.Cunden las tecnologías digitales, informáticas, satelitales e inalámbricas, automatizando procesos productivos y comunicativos. La imposición tecnológica obliga a la reconversión digital para el rastreo de rutas de contagio y acceder a la “protección” de los servicios de salud, del seguro de desempleo, de los créditos para micro-negocios, o para no perder las tierras.El desmantelamiento de servicios públicos resulta en colapsos de las redes hospitalarias y en los sistemas de atención a la salud. Se imponen restricciones al comercio local, a mercaditos, tienditas o puestos callejeros privilegiando los supermercados “sanitizados”. La falta de equipos de protección a trabajadores esenciales, la ausencia de seguridad para la población, evidencian el adelgazamiento de los presupuestos destinados al bienestar general.Crece el menosprecio por los esfuerzos independientes. Pese al surgimiento en campo y ciudad de redes de mutualidad y organización comunitaria, abasto y cuidados, que son independientes y están salvando vidas sin exigir nada a cambio, las autoridades e instituciones no hacen esfuerzos por entablar comunicación o coordinar colaboraciones que enfrenten los desastres a la salud y a las economías familiares, locales y nacionales. Lejos de reconocer la gestión autónoma, autoridades, instituciones, líderes de opinión, medios masivos, insisten en enfatizar actitudes de irresponsabilidad y negligencia de “la sociedad”.Para descargar el informe completo (PDF), haga clic aquíFuente original : http://www.biodiversidadla.org/Recomendamos/Ganancias-privilegios-control-y-represion