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TERMINATOR: una nueva patente para impedir que los agricultores guarden semilla

by GRAIN | 22 Oct 1998

BIODIVERSIDAD
SUSTENTO Y CULTURAS

"TERMINATOR" patente para impedir que los agricultores guarden semillas
por GRAIN

Octubre de 1998

 

 

En el año 2000 -tras 12.000 años de historia de la agricultura- es muy posible que los campesinos no puedan guardar semillas para la siembra del año siguiente, ni cultivar sus propias semillas de variedades mejoradas. y la culpa no la tendrá la Plaga del Milenio, sino la "Semilla del Milenio".

 

La vieja costumbre de reservar lo mejor de la cosecha para simiente para el año siguiente, tradicional en las familias campesinas desde hace más de 12.000 años, puede estar llegando a su fin.

El 3 de Marzo de este año, una compañía de semillas de algodón norteamericana y el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) anunciaron haber obtenido una patente sobre una técnica que incapacita genéticamente a una semilla para germinar. La patente Nº 5.723.765 de EEUU, concedida a Delta & Pine Land Co, no cubre únicamente las semillas de algodón y soja, principal negocio de esta compañía, sino que potencialmente abarca todos los cultivos.

Delta & Pine Co. -que luego de este anuncio fue comprada en su totalidad por Monsanto por 1900 millones de dólares- tiene la exclusiva de los derechos de licencia de la nueva tecnología (o la denegación de los mismos), mediante un acuerdo de investigación con el USDA. A pesar de que hasta ahora solamente se ha demostrado que las semillas de algodón y de tabaco responden a la nueva técnica, la compañía pretende poner a punto esta tecnología, -que la Directora de Investigación de RAFI, Hope Shand, ha bautizado como tecnología "Terminator" (exterminadora)- para utilizarla en una amplia gama de cultivos, para el año 2000. Ya han presentado solicitudes de esta patente en 78 países, entre los cuales se estan Brasil y México.

Según el portavoz de la USDA Willard Phelps, los objetivos más importantes de difusión y venta de la tecnología Exterminadora son los mercados del "Segundo y Tercer Mundo". Los cultivos prioritarios a ser afectados por ésta incluyen el arroz, el trigo, el sorgo, y la soja -cultivos hasta ahora no priorizados por las grandes casas de semillas debido a que su hibridación no es fácil (la hibridación constituye un método biológico eficaz para obligar a los agricultores a comprar semillas cada año). Las grandes compañías de semillas, siempre a la búsqueda del negocio, han dejado de lado estos cultivos, dado que los beneficios que reportan son incomparablemente menores que los de los cultivos híbridos, como el maíz y muchas hortalizas. La patente anunciada supone que a partir de ahora los dos cultivos más difundidos en la alimentación mundial -el arroz y el trigo, alimentos básicos para las tres cuartas partes de la población pobre del planeta- pueden entrar en el juego de los monopolios privados.

La patente ha tomado por sorpresa a los mejoradores de semillas. La técnica -en caso de que funcione tal y como se ha anunciado- tiene gravísimas implicaciones para la agricultura. Ha suscitado además una gran controversia de opiniones. Algunas de las personas con las que RAFI 1 se ha puesto en contacto sólo ven beneficios en la nueva tecnología. Un economista especializado en el tema agrícola afirmaba: "Por primera vez las compañías privadas van a tener un incentivo para invertir en los cultivos más importantes para la alimentación mundial. Es de esperar que se destinen nuevas inversiones a la mejora de cultivos cuyos rendimientos se habían quedado estancados, o incluso habían disminuído, en los años 90. A partir de ahora los cultivos de los pobres, como el arroz y el trigo, podrán contar con el apoyo de un trabajo de investigación que necesitan desesperadamente." Los defensores de la patente reconocen que la tecnología Exterminadora va a suponer un fuerte aumento de los costos de las semillas para los agricultores, ya que quienes ahora sólo tienen que comprar simiente cuando cambian de variedad, se verán obligados a adquirir semillas anualmente. No obstante, argumentan que los agricultores sólo comprarán las semillas estériles en caso de que les reporten ventajas que compensen su elevado costo. De lo contrario los agricultores seguirían empleando las actuales variedades desarrolladas por instituciones públicas.

Hope Shand, de RAFI, no opina lo mismo. "No hay que olvidar que la tecnología Exterminadora ha sido desarrollada desde el sector público (USDA), en colaboración con el sector privado. Los mejoradores de instituciones públicas van a estar sometidos a enormes presiones para que adopten esta nueva técnica, con el fin de aumentar los muy restringidos ingresos de las instituciones de investigación y departamentos universitarios públicos, con "dólares" de la industria". Edward Hammond, también de RAFI, subraya: "Las compañías biotecnológicas que ya están patentando genes y rasgos específicos de algunos cultivos, probablemente exigirán como condición para la concesión de licencias que otros mejoradores utilicen la tecnología Exterminadora, para proteger su monopolio sobre el germoplasma. Dentro de poco, los agricultores no tendrán opción."

Camila Montecinos, del Centro para Educación y Tecnología 2, en Chile, afirma que "Esta patente va a ser un detonante para activar el gen de la avaricia". "Hay demasiadas ganancias en juego para que las compañías las ignoren". "Veremos cómo se presiona para modificar los sistemas reguladores con el fin de marginar las variedades fértiles que pueden guardarse para simiente, allanando el camino para la introducción de las Exterminadoras. Con ello se pone en peligro a mil cuatrocientos millones de familias de campesinos."

Aparte de disparar los costes de las semillas, Neth Daño, de la organización de la sociedad civil filipina SEARICE 3, considera que la nueva tecnología es una amenaza para el medio ambiente y para la seguridad alimentaria a largo plazo. "Trabajamos con agricultores que puede que compren una variedad comercial, pero a los cinco años sería imposible reconocerla. Las mujeres seleccionan la mejor semilla todos los años, y con el tiempo, el arroz termina por amoldarse al ecosistema propio del lugar de cultivo. Las mujeres cruzan también las variedades comerciales de arroz, con otras variedades, para conseguir sus propias semillas, adaptadas al entorno local. La tecnología Exterminadora podría acabar con estas prácticas, aumentando la uniformidad y vulnerabilidad. Es una amenaza para la cultura del intercambio y de compartir las semillas, que pervive sobre todo en las mujeres agricultoras."

"En último término, la tecnología Exterminadora restringirá gravemente las opciones del campesino", añade Neth Daño, de Searice. "¿No nos dejarán más que las variedades de arroz que tienen sabor a aserrín, y en las cuales se ceban las plagas y las enfermedades?", pregunta Neth.

Camila Montecinos, de CET (Chile) hace un llamamiento a boicotear la tecnología Exterminadora. "Los gobiernos deberían ilegalizar el empleo de esta tecnología", insiste. "Se trata de una tecnología inmoral, que roba a las comunidades campesinas su derecho milenario a guardar semillas para simiente, y su papel de mejoradores de plantas. Debería prohibirse". La respuesta de los mejoradores de las compañías de semillas es que la nueva tecnología se limita a hacer lo que las técnicas de hibridación conseguían en el maíz, con otros cultivos. Las semillas híbridas o bien son estériles, o bien pierden las características cualitativas interesantes en la segunda generación. Por ello, casi todos los cultivadores de maíz compran semillas todos los años. "Los campesinos pobres tampoco pueden permitirse la compra de híbridos mejorados", señala Montecinos, "no obstante, hay una diferencia clave. La hibridación, en teoría, permite cruzar variedades para obtener plantas con mayores rendimientos y vigor, que no podrían conseguirse de otra forma. Esta es la lógica de la tecnología, aunque los resultados a menudo son decepcionantes. En el caso de la tecnología Exterminadora, no existe ninguna ventaja agronómica para el campesino. El único objetivo es facilitar el control monopólico y el único beneficiario la agroindustria".

RAFI trabajará con otras organizaciones afines de todo el mundo para impulsar la prohibición de la tecnología Exterminadora. "Cuando la tecnología haya sido puesta a punto para su salida al mercado, algo después del año 2000, confiamos que la "Semilla del Milenio" sucumbirá ante la Plaga del Milenio", concluye Shand, de RAFI.

Para más información consultar a RAFI en:

110 Osborne St., Suite 202,
Winnipeg MB R3L 1Y5
Canada
Tel. (1-204) 4535259,
Fax (1-204) 9258034
c.e.: [email protected]
www.rafi.org

Traducción: Isabel Bermejo, Fondocantabria (Estado Español).

 

Notas:

1. RAFI (Fundación Internacional para el Progreso Rural) es una organización social internacional sin ánimo de lucro, con sede en Canadá. RAFI lleva más de veinte años trabajando en temas relacionados con el impacto social y económico de las nuevas tecnologías y su impacto en la sociedad rural.

2. CET es Centro de Educación y Tecnología, una ONG con base en Santiago de Chile, y con muchos años de trabajo en cuestiones relacionadas con agricultura y medio rural.

3. SEARICE es el Instituto Regional del Sudoeste de Asia para la Educación Comunitaria -una organización social internacional sin ánimo de lucro con sede en Filipinas. SEARICE lleva más de dos décadas trabajando en desarrollo rural y biodiversidad agrícola a nivel local, regional, e internacional.

 

Author: GRAIN
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