https://grain.org/e/4714

Ataques, polĂ­ticas, resistencia, relatos

by Biodiversidad | 6 May 2013

El Centro Africano para la Bioseguridad

denuncia informe de la industria

biotecnológica por malicioso y erróneo

El Centro Africano para la Bioseguridad (CAB) rechazó las conclusiones del informe anual más importante de la industria biotecnológica, publicado por la “ONG” financiada por la industria de los transgénicos, el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-biotecnológicas (ISAAA), al calificarlas de maliciosas y erróneas.

 Según el informe, el área cultivada en Sudáfrica (SA) con cultivos transgénicos aumentó en un 26% —600 mil hectáreas— en los últimos 12 meses. Sin embargo, Mariam Mayet, directora del CAB señaló: “En su desesperado intento por reforzar la popularidad de los cultivos GM en los medios de comunicación, el ISAAA ha sobreestimado la expansión de los cultivos transgénicos en SA en un asombroso ¡400%! Según las últimas cifras del Departamento de Agricultura, Silvicultura y Pesca  (DAFF), el cultivo de maíz y de soja combinados en Sudáfrica aumentó en menos de 150 mil hectáreas durante el periodo indicado y la superficie cultivada con algodón transgénico disminuyó en 3 mil hectáreas”.

De hecho, en Sudáfrica hay un aumento en el cultivo de maíz no transgénico. Entre las temporadas de cultivo de 2010-11 y 2011-12, la superficie de cultivo de maíz no GM aumentó un 38% (210 mil hectáreas). “Es probable que el problema de las plagas de insectos que desarrollan resistencia a las toxinas producidas por el maíz transgénico sea un factor importante tras este alejamiento del maíz transgénico en Sudáfrica”. dijo Mayet.

 El ISAAA sostiene además que en los países en desarrollo se cultiva un 52% más de cultivos transgénicos que en los países industriales y que los pequeños agricultores son los principales beneficiarios. Sin embargo, esto incluye los extensos monocultivos sembrados en Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay. “La producción de OGM, en particular en América Latina, ocurre en grandes zonas de agricultura industrial. La industria siempre ha prometido que los cultivos transgénicos podrían ayudar a los pequeños productores, pero los barones de la soja en Brasil y Argentina no son nuestra idea de ‘pequeño’”, dijo Gareth Jones, de la CAB.

 La realidad es que 2012 fue para la industria biotecnológica un annus horribilis. El ISAAA guarda un ominoso silencio sobre la necesidad de estudios sobre la alimentación de largo plazo con OGM, como quedó claro tras los resultados del estudio de Seralini en ratas que condenan  los OGM; ante los 24 millones de hectáreas agrícolas en EUA plagadas con malezas resistentes al glifosato y con la nueva ola de OGM en trámite —diseñados para resistir herbicidas aún más tóxicos tales como 2,4-D, dicamba y glufosinato.

“Los 45 millones de dólares que gastó la industria biotecnológica en luchar contra el etiquetado de los alimentos GM en California demuestra la doble moral con que opera. Mientras afirman buscar la erradicación del hambre y lograr la sustentabilidad ambiental por el bien público, la industria biotecnológica le niega al mismo público el derecho a elegir libremente los alimentos que come y los sistemas de agricultura que desea”, dijo Jones.

El CAB exige respuestas de la industria de OGM en lo siguiente:

 Si los cultivos transgénicos son tan buenos para los pequeños agricultores, ¿por qué Maharashtra en India prohibió las ventas de algodón GM en 2012? ¿Tiene esto que ver con el fracaso de casi un 40% de las cosechas que provocó oleadas de suicidios? Si los cultivos transgénicos son tan deseados por los países africanos, ¿por qué Kenya prohibió las importaciones a fines del año pasado? ¿Por qué hay tanta controversia sobre exactamente cuántos OGM se cultivan en Egipto y Burkina Faso? Incluso el ISAAA reconoce que Egipto creció menos en cultivos GM el año pasado, y de Burkina se informa que se prohibió el algodón Bt en total conformidad con los agricultores que abandonan el algodón GM en ese país, Si los cultivos transgénicos son la respuesta a la crisis alimentaria mundial, ¿por qué salió BASF de Europa el año pasado? 
 

El gobierno tico insiste en defender a Monsanto, mientras crece resistencia contra el maíz transgénico

Marzo 2013

Los argumentos de la Ministra de Agricultura y Ganadería Gloria Abraham ante la Asamblea Legislativa en febrero anterior hace patente el triste papel que juega este gobierno al defender a las industrias transnacionales a toda costa, en perjuicio de la colectividad. En este caso se trata de Delta & Pine Land catalogada como una de las compañías más irresponsables del Mundo por el fomento de tecnologías nocivas para la agricultura. Tal y como lo son las semillas suicidas o “Tecnología Terminator”, semillas que no producen descendencia haciendo estéril a su progenie, pero además por innumerables de casos de contaminación genética y química con rastrojos de cultivos transgénicos.

Un ejemplo de lo anterior fue  recopilado por el periodista Carlos Amorín de Rel-IUTA1. Se trata de una comunidad campesina paraguaya, Rincon’i, que de la noche a la mañana se convirtió en un basurero biotenológico sin consulta alguna. Donde Delta & Pine Land descargó más de 660 toneladas de semillas de algodón transgénico cubiertas con 4 toneladas de agrotóxico. Acción que provocó intoxicaciones y muertes en Rincon’i debido a que el botadero se encontraba a escasos 100 metros de la escuela pública. Delito que no fue remediado por la empresa y al contrario, el representante legal de esta transnacional escapó de la justicia paraguaya saliendo de este país.

La Ministra Abraham Peralta y la mayoría de la CTNBio insisten en defender a esta subsidiaria de Monsanto que ha sido responsable de al menos tres accidentes por contaminación por agrotóxicos en nuestro país2. Eventos que se han generado alrededor de sus campos de algodón Bt. Cultivos que usan la misma tecnología que la del maíz que se quiere liberar en Costa Rica. El último episodio de intoxicación reporta más de 65 peones agrícolas afectados seriamente por Glifosato el 14 de octubre del 2010 en Chomes de Puntarenas. Se reporta que la mayoría de las personas afectadas eran mujeres que laboraban en la cosecha de algodón todas trasladados al Hospital Monseñor Sanabria.

A pesar de eso continúan exponiendo falsos argumentos a favor de las compañías transnacionales usando investiduras de carácter público. Así se hizo patente el 7 de marzo pasado, cuando algunos miembros de la CTNBio se presentaron a comparecer nuevamente ante la Comisión de Asuntos Ambientales de la Asamblea Legislativa. En primer término es sospechoso que las 7 personas que votaron a favor de la liberación de maíz transgénico, encabezados por Alex May, se negarán a ser juramentados por la Comisión de Asuntos Ambientales en la comparecencia el mes pasado.

Mientras tanto crece la resistencia y las acciones contra el maíz transgénico. De forma descentralizada y autogestionada surgen en distintos puntos del país declaratorias estableciendo a las municipalidades como territorios libres de transgénicos. Gracias a los esfuerzos del gran colectivo que integra el Bloque Verde ya suman 53 cantones auto-declarados libre de transgénicos, correspondientes al 65% la superficie territorial costarricense. 

Notas:

www6.rel-uita.org/agricultura/agrotoxicos/semillas_de_la_muerte-2008/index.htm

http://radiomundoreal.fm/Intoxicados


Acaparamientos de tierra y agua

en el norte de México

Miroslava Breach Velducea, La Jornada, Chihuahua, Chihuahua, 10 de febrero. La Procuraduría General de la República mexicana (PGR) tiene los expedientes de 10 desarrolladores menonitas encabezados por Bernhard Dueck Kornelsen, quienes adquirieron más 226 mil hectáreas de terrenos de agostadero, desmontaron grandes extensiones y las abrieron al cultivo sin permisos de uso de suelo, y con títulos falsos perforaron pozos que arrendaron con opción a compra a familias menonitas jóvenes.

 Dueck Kornelsen y sus socios constituyeron empresas inmobiliarias que vendieron, entre otros, los predios Santa Rita, San Germán, El Caerlo, La Central y El Fortín, en el municipio de Villa Ahumada, y en complicidad con funcionarios de las oficinas centrales de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) clonaron pozos (abrieron más de uno amparados con un solo documento) y construyeron obras hidráulicas ilegales que investiga la PGR.

 Varios de los expedientes se integraron con apoyo de productores agrícolas del noroeste del estado —afectados por el abatimiento de los mantos freáticos— y con datos que han aportado agricultores menonitas engañados por los desarrolladores.

 El jueves pasado, el nuevo gerente estatal de la Conagua, Alex Le Baron, aseguró en entrevista que entre las irregularidades detectadas en esa dependencia destaca el cambio de uso de suelo de grandes superficies para convertirlas en sembradíos sin permisos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, o para perforar pozos, sin autorización de la Conagua.

 Muchos de los permisos que exhiben los consiguieron en la ciudad de México y a la delegación de Chihuahua sólo llegaban los oficios sin que los delegados pudieran hacer algo, dijo Le Baron.

Las afirmaciones del gerente de la Conagua fueron secundadas por El Barzón y el Frente Democrático Campesino, entre otras organizaciones que han denunciado desde hace dos años la corrupción que ha permitido la perforación ilegal de pozos y la apertura de tierras agrícolas en zonas del estado que no tienen agua suficiente.

Esas empresas han falseado información; presentan supuestos títulos y concesiones que datan del virreinato y declaran como tierras de temporal predios de Villa Ahumada que están en pleno desierto, donde jamás se ha cultivado una mazorca porque no hay lluvias, sostuvo Martín Solís, dirigente de El Barzón.

Informó que, después de meses de investigaciones de la PGR y de los propios barzonistas, por conducto del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos documentaron que esas tierras y los pozos agrícolas fueron abiertos sin permiso.

 “Hay todo un entramado. Consiguieron autorización para seis pozos de uso doméstico o pequeñas superficies, y después clonaron esos pozos con documentos falsos para hacerlos ver como si fueran de riego agrícola. Todo eso lo armaron desde (la ciudad de) México”, acusó Solís.

Agricultores menonitas que adquirieron tierras a las empresas de Dueck Kornelsen ya entregaron información sobre las operaciones. Aunque firmaron contratos de arrendamiento con opción a compra por 20 años, descubrieron que no tienen agua para sembrar, y tampoco podrán saldar sus deudas con Bernhand Dueck, debido a los altos intereses. 
 

Premio a Acción Ecológica

El pasado dos de febrero del 2013, en el marco de la Decimotercera reunión de Desarrollo Sustentable en Nueva Delhi, India, Acción Ecológica obtuvo el premio Georgescu-Roegen en su primera versión. Este reconocimiento fue otorgado por el presidente del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, R. K. Pachauri, en representación de un jurado entre los que se encuentran personajes de la economía ecológica como Herman Daly y Joan Martínez Alier.

Georgescu-Roegen fue un matemático, estadístico y economista rumano mejor conocido por su obra La ley de la entropía y el proceso económico. Fue el primer economista que habló de termodinámica y entropía. Fue precursor de la reinscripción de la economía en la biósfera y el largo plazo, pilares de la “economía ecológica” y de lo que él denominó “bioeconomía”.

Acción Ecológica recibió este premio por su trayectoria de más de 25 años impulsando la defensa de la naturaleza, los derechos de las comunidades y de las economías locales.

En su carta de aceptación Acción Ecológica dice: “Vivimos este reconocimiento como un homenaje a los esfuerzos locales, nacionales, internacionales, por avanzar hacia una nueva civilización, post petrolera, respetuosa de la vida y sus ciclos naturales, movimiento del cual somos parte”.

Señala también que “vivimos en un contexto de marcada esquizofrenia en el que se apuesta a explotar cada vez más las riquezas de la naturaleza, particularmente el petróleo, a pesar de saber que es la causa de la crisis ambiental local y global; en el que se pretenden abrir nuevos mercados y nuevas dependencias, a pesar de saber que la pérdida de autonomías nos condena; en el que la economía mantiene la idea de eficiencia cuando se trata de ayudar a los ricos, y de crisis cuando se trata de ayudar a los pobres”.

En el documento, Acción Ecológica deja sentado su compromiso de “continuar con la defensa de la vida, mantener vigente la iniciativa de no explotación del Yasuní, y trabajar por yasunizar nuevos territorios en distintas partes del mundo, junto con ese movimiento mundial por la defensa de la vida, con el que pretendemos compartir este reconocimiento.”

Además, señala que las comunidades que resisten y defienden sus territorios, no sólo no deben ser criminalizadas, sino que merecen ser premiadas, protegidas, respetadas.

 Un reconocimiento de este tipo demuestra que las resistencias locales, el ecologismo, el eco feminismo y la defensa de los derechos humanos, siguen vigentes, son necesarias, tienen un gran sentido político y económico, y se inscriben en el escenario internacional como las voces que mantienen abierto el camino a la utopía. 
 

Monopolios filantrópicos

Silvia Ribeiro, La Jornada, 9 de marzo de 2013. Desde que los transgénicos fueron introducidos comercialmente en Estados Unidos en 1996 —al 2012 solamente 10 países tienen el 98 por ciento del área global sembrada con transgénicos, una vasta mayoría de países no los permiten— sus promotores afirman que los transgénicos aumentan la producción. Pero sus afirmaciones no se cumplen y surgen todo el tiempo nuevas evidencias que lo demuestran. Crece el descontento de agricultores que pagan mucho más cara la semilla y no ven diferencia de rendimiento. Además, para dolor de cabeza de las empresas, a partir de 2015 empiezan a vencer las patentes de varios transgénicos (como la soya RR resistente a glifosato). Por todo ello, las transnacionales —con ayuda de ricachones como Bill Gates y Carlos Slim— están trazando nuevas estrategias para no sólo mantener sus oligopolios, sino extender sus mercados, llamándolo filantropía.

Un nuevo artículo publicado en la revista científica Nature Biotechnology en febrero 2013, muestra que el maíz transgénico tiene casi siempre menor productividad. Investigadores de la Universidad de Wisconsin —(Guanming Shi, J. Chavas y J. Lauer), analizaron la productividad del maíz en ese estado por varias décadas y pese a que es evidente su simpatía por los transgénicos, concluyen que solamente dos eventos de maíz manipulado genéticamente mostraron un leve aumento de productividad, mientras que los demás maíces transgénicos produjeron menos que los híbridos. Cuando se trata de varios caracteres transgénicos combinados (por ejemplo maíz resistente a herbicida combinado con maíz Bt insecticida), encuentran que siempre hay menor productividad, lo que los autores atribuyen a una interacción negativa de los transgenes, pese a que supuestamente deberían sumar sus características. Para equilibrar las malas noticias, señalan que sin embargo, los transgénicos muestran mayor estabilidad. O sea, producen menos, pero siempre igual. Eso sí es ventaja ¿verdad?

Más allá de la ironía, esa interacción inesperada demuestra que los que construyen transgénicos no conocen realmente el espectro de consecuencias de la manipulación genética, algo que los científicos responsables han señalado repetidamente. La ingeniería genética es una tecnología con tantos factores desconocidos, que ni se debería llamar tal, ni debería haber salido nunca del laboratorio.

Pero no es necesario que una tecnología sea buena para que llegue a los mercados, alcanza con codiciosas empresas dispuestas a pagar lo necesario en mercadeo, o en corrupción y/o estrategias para controlar los mercados.

Un ejemplo de ello es que las mismas transnacionales que controlan los transgénicos, controlan el mercado de semillas híbridas con mejor productividad, pero prefieren vender transgénicos porque están patentados. Así, la contaminación es detectable y eso les permite mayor dependencia del agricultor y un negocio adicional al demandar a los contaminados, por uso ilegal de sus genes patentados.

En Estados Unidos, Monsanto ha llevado a juicio a 410 agricultores y 56 pequeñas empresas agrícolas, según el informe Seed Giants vs. US farmers (Center for Food Safety, 2013). Las cifras son mucho mayores en acuerdos fuera de juicio, ya que al ganar Monsanto las demandas, ha sembrado el terror entre los agricultores, que prefieren pagar por fuera para ahorrar gastos de juicio. También DuPont-Pioneer ha establecido una policía genética, para tomar muestras en campos de agricultores a quienes demandar.

Pero inexorablemente, las patentes de muchos cultivos transgénicos vencerán en los próximos años, por lo que las empresas han diseñado estrategias para evitar perder el control de los mercados e incluso abrir nuevos, sobre todo en países del Sur y con campesinos de bajos recursos. Un nuevo informe del Grupo ETC (Gene Giants and Philanthrogopoly –www.etcgroup.org) da cuenta de estas maniobras.

La primer estrategia de las empresas es dejar de vender los transgénicos que tengan patentes con vencimiento cercano, colocando en el mercado otros prácticamente iguales, pero con algún mínimo cambio para hacer valer una nueva patente. Este es el caso de la soya RR2. Ya tomando medidas de fondo, han anunciado un acuerdo entre la mayoría de empresas que controlan el mercado transgénico, una especie de pool de transgénicos, alegando que es para dar certeza a los agricultores de que los cultivos cuya patente esté por vencer, se podrán seguir plantando en los países cuyas leyes de bioseguridad requieren nueva aprobación después de una cierta cantidad de años. La afirmación es altamente cínica, porque de lo que se trata no es de certeza ni de bioseguridad, sino de legalizar un cártel de empresas para aumentar el férreo control del mercado.

En ese contexto hay que colocar las declaraciones de Bill Gates y Carlos Slim, que junto al director del CIMMYT (Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo) aseguraron recientemente que van a dar transgénicos a los campesinos pobres, por los que no tendrían que pagar la patente. Se trata de esos transgénicos cuya patente va a expirar y que las empresas sacarán de los mercados —salvo que encuentren cómo entrar a nuevos mercados. Es un caballo de Troya para invadir tierras campesinas con transgénicos, intentando que dejen sus propias semillas y se hagan dependientes de semillas corporativas. Aunque no den resultado, porque los transgénicos y los híbridos no crecen en tierras campesinas, irregulares, sin riego y sin agrotóxicos, estos paquetes podrían provocar un daño considerable a los campesinos y a su capacidad para alimentarse y seguir creando diversidad de semillas, especialmente frente al cambio climático. No se trata de filantropía, se trata de monopolios y voracidad corporativa. 
 

Campaña de organizaciones latinoamericanas

en defensa del maíz nativo

Les invitamos a apoyar la campaña iniciada por la RALLT, la Federación Ecologista de Costa Rica, Sobrevivencia —Amigos de la Tierra Paraguay, Grupo Semillas-Colombia, el Foro Agrícola Honduras, el Centro nacional de Apoyo a Misiones Indígenas (Cenami)-México y otras organizaciones preocupadas por la problemática del maíz en América Latina, dirigida a la Relatora Especial en la esfera de los Derechos Culturales. Nos preocupa las gran expansión del maíz transgénico en América Latina, y la presión que enfrenta toda la región para que se aprueben variedades transgénicas en nuestros territorios. Las peticiones son:

1. Que la señora relatora entre en contacto con los gobiernos de México, Costa Rica, Honduras, Colombia y Paraguay para que les facilite información sobre las acciones tomadas para proteger el maíz nativo y criollo de la contaminación genética proveniente del maíz transgénico.

2. Que la señora relatora recomiende a los países de México, Costa Rica, Honduras, Colombia y Paraguay que se decrete que los centros de origen y de diversidad del maíz, deben ser territorios libres de maíz transgénico.

3. Que la señora relatora solicite específicamente al gobierno de México, por ser el centro de origen del maíz que:

* Se detenga el procesamiento de cualquier solicitud de siembra a campo abierto de maíz transgénico en México; y en su lugar exigir y promover una revisión exhaustiva, transparente y públicamente aceptable, tanto de las líneas transgénicas que se solicita plantar, como del proceso regulatorio que ha llevado a su aprobación, vis a vis las alternativas tecnológicas que no implican el uso de transgénicos y una agricultura altamente industrializada.

* Se cancelen todos los permisos existentes de siembras a campo abierto de maíz transgénico a escala “experimental” y “piloto”.

4. Que la señora relatora solicite a los gobiernos de México, Honduras y Paraguay que se inicie una revisión inmediata de los aspectos culturales, ambientales y sociales que se verían impactados por la siembra de maíz transgénico, basándose en criterios científicos rigurosos y en la participación pública, a través de un proceso consultivo transparente y participativo que lleve a un conjunto de criterios social y ambientalmente aceptables, para la consideración de las mejores opciones tecnológicas para abordar los problemas de producción de alimentos en ese país. Este proceso debe considerar las alternativas tradicionales que dieron origen a la diversidad de cultivos en sus centros de origen y diversificación y que son indispensables para su conservación dinámica, así como a los representantes y expertos campesinos e indígenas de las culturas y sistemas agroecológicos diversos, cuya labor y conocimiento es también fundamental para la reproducción de las variedades nativas de los cultivos mexicanos, y cuyas formas de vida están críticamente amenazadas por los cultivos transgénicos.

5. Que exhorte a los gobiernos de México, Costa Rica, Honduras, Colombia y Paraguay que se haga una evaluación de los impactos de los maíces transgénicos en las razas de nuestros maíces nativos y sus conocimientos asociados; en los países de América Latina donde éstos han sido adoptados.

6. Que hasta que no se tenga los resultados de esta evaluación, se suspenda la aprobación de nuevos eventos transgénicos, y se retire la autorización de siembra de maíz transgénico en estos países.

7. Basándose en esta evaluación, solicitamos a la señora relatora que solicite a los países involucrados que inicien procesos de restauración de la biodiversidad de los maíces nativos, y que en el proceso se involucren organizaciones campesinas y de la sociedad civil para verificar que el proceso se esté llevando a cabo. 

Si quiere apoya esta petición, entre en este sitio web:

http://maiznuestropatrimonio.org/imagenes-del-maiz/


El corrupto reinado de las

grandes agroindustrias

La gigante de los agronegocios, Monsanto, no contenta con ser una de las corporaciones agroindustriales más grande del mundo,  arrastra a más de 400 agricultores estadounidenses a la corte por controversias respecto de supuestas violaciones a derechos de propiedad debidas al uso repetido de semillas patentadas por la compañía.

En un caso que ha sorprendido a muchos observadores, el 19 de febrero la Suprema Corte estadounidense aceptó escuchar una de sus quejas. El caso Bowman vs Monsanto Co., se anunció como una batalla emblemática entre el agricultor, que compró semillas de la compañía, y Monsanto que alega que no debió usarlas más allá de la primera temporada.

En prevención de ese caso, The Huffington Post informó y el Centro para la Inocuidad Alimentaria [Center for Food Safety] y Save our Seeds, publicaron un informe —“Seed Giants vs US Farmers” [las gigantes semilleras contra los agricultores estadounidenses]—, donde se narra cómo Monsanto, alegando violaciones a las patentes, emprendió desde enero de este año 144 demandas penales contra 410 agricultores en 56 instalaciones agrícolas en por lo menos 27 estados.

Combinados, Monsanto, Syngenta y DuPont detentan más de 53 por ciento del mercado global de semillas comerciales, lo que para los grupos que hacen el informe significa un incremento masivo en el precio de las semillas: entre 1995 y 2011, dicen, el costo promedio de plantar un acre (un poco más de 0.4 de hectárea) con frijol de soya se disparó un 325 por ciento, mientras que los precios de la semilla de maíz se elevaron 259 por ciento.

Monsanto afirma que sus patentes sobre las semillas son una forma de patente biológica y eso significa que sus semillas —genéticamente modificadas para evitar bichos y hierbas—, tienen el estatus legal de invenciones o descubrimientos biológicos.

“Las patentes de Monsanto son, con frecuencia, sobre  semillas genéticamente modificadas”, dijo The Huffington Post. “En años recientes, estas y otras compañías han llevado a granjeros a la corte por supuestas infracciones a sus patentes, lo que significaría que plantaron semillas sin pagar por ellas”. Pero debemos hacer constar que los agricultores, por siglos, han apartado semillas de la cosecha anual para poder plantar de nuevo en la temporada siguiente. Monsanto y otros han tornado ilegal esta práctica, probada durante tantos años, con un producto que de acuerdo con los informes no responde a sus anunciadas características de eficiencia.

Eso no parece importarle a Monsanto ni a las otras gigantes de los agronegocios, pero si debe importarle a la Suprema Corte de Justicia estadounidense, porque la supuesta infracción de las patentes, se vuelve menos clara si se considera que estos campesinos están volviendo a sembrar cultivos con semillas que inicialmente compraron legalmente —incluso si las agroindustrias consideren que es un crimen.

En el caso de Bowman, se dice que replantó una segunda generación de semillas por años, aunque de entrada las compró legalmente de un distribuidor de Monsanto. No compró nuevas semillas cada temporada, y por ese solo hecho Monsanto alega que robó su producto. La compañía ya se las arregló para ganarle en las cortes menores.

La firma agroindustrial arguye que sus patentes sirven para proteger sus intereses mercantiles y “proporcionan una motivación para gastar millones de dólares en investigación y desarrollo de semillas más rudas, resistentes a enfermedades, que pueden disparar los rendimientos alimentarios”, informó el diario británico Guardian.

No obstante, Bill Freese, uno de los autores del informe sobre las grandes semilleras, e investigador decano del Centro de Inocuidad Alimentaria, dijo en un boletín de prensa que los alegatos de Monsanto de que sus patentes producen mejores cultivos es una falacia. “La mayoría de las nuevas variedades de cultivos, desarrolladas en el siglo veinte, deben su origen a la crianza y la investigación con fondos públicos, escribió Freese.

También añadió que los cultivos transgénicos no eran tan amigables con el ambiente como se publicita. “Aunque las corporaciones agroquímicas alegan también que sus semillas patentadas conducen a mejoramientos ambientales, el informe reporta un 26 por ciento de aumento en el uso de agroquímicos por acre cuando se utilizan cultivos GM, respecto de los cultivos no transgénicos. Eso según los datos del Departamento de Agricultura estadounidense, afirmó.

Algunos atribuyen la dramática caída en la diversidad de los cultivos en años recientes, al surgimiento de unos cuantos gigantes agroindustriales. En el informe, los autores hacen notar que el 86 por ciento del maíz, el 88 por ciento del algodón y el 93 por ciento de la soya cultivada en estados Unidos, proviene de cepas y variedades genéticamente modificadas. 

Ver http://www.huffingtonpost.com

 http://www.centerforfoodsafety.org

http://www.naturalnews.com/Monsanto.html

 

En China, bacterias resistentes a antibióticos, en los ríos

Emmanuel González Ortega. Oaxaca. pagina3.mx. 23 de febrero.  Un antibiótico es una sustancia química que impide el crecimiento de microorganismos sensibles, generalmente bacterias. Los antibióticos son utilizados en la medicina humana o animal o en la agricultura para el tratamiento de infecciones provocadas por gérmenes.

En China, un estudio científico publicado hace apenas una semana, evidenció la presencia de bacterias resistentes a diversos antibióticos en seis diferentes ríos de China (los ríos Sungari, Haihe, Amarillo, Yangtze, Huangpu y Perla).

En los laboratorios, la ingeniería genética utiliza “plásmidos” (moléculas de ADN que existen naturalmente en los organismos unicelulares, como las bacterias) para propagar y manipular secuencias de material genético hereditario y para la modificación genética de plantas y animales. Regularmente los plásmidos contienen genes que confieren resistencia a antibióticos, lo cual permite seleccionar a las células modificadas de aquellas que no lo son, al crecer éstas en medios con el antibiótico usado como  medio de selección.

Los científicos chinos analizaron el ADN de bacterias obtenidas de los ríos y encontraron que éstas eran resistentes a antibióticos tales como la ampicilina.

Esto sugirió a los investigadores que la secuencia de material genético que confiere resistencia a los antibióticos provino de bacterias de laboratorio, manipuladas genéticamente. Se supone que este tipo de transmisión pudo haber ocurrido cuando las bacterias de río incorporaron el ADN con el gen de resistencia a los antibióticos que antes poseían las bacterias modificadas genéticamente.

Varias evidencias refuerzan la conclusión de los científicos chinos: los ríos que fueron muestreados pasan por áreas altamente industrializadas y los productos científicos y tecnológicos —específicamente aquellos de la biología molecular y la genética— se presentan cada vez con mayor frecuencia en diversos procesos industriales, de producción agropecuaria extensiva, de fermentación para la producción de agrocombustibles, etcétera. Los riesgos de que se presenten descargas descontroladas o que deliberadamente se lleven organismos genéticamente modificados (OGM) al medio ambiente  ha aumentado enormemente.

Es decir, los cultivos transgénicos son una probable fuente de procedencia de genes de resistencia a los antibióticos.

 en el medio natural. La ingeniería genética utiliza los genes de resistencia a la acción de los antibióticos para seleccionar una célula que ha sido transformada y que ha adoptado los rasgos que interesan a los científicos.  En los laboratorios de biotecnología vegetal se utiliza este mismo principio. A varios cultivos de interés económico tales como maíz, la soya y el algodón, entre otros, se les han introducido genes que otorgan resistencia a plaguicidas, o genes que hacen que la planta produzca su propio bioinsecticida. Estas construcciones genéticas van acompañadas de genes de resistencia a antibióticos, que posiblemente terminan expresándose en el ambiente.

Las evidencias encontradas en China son una muestra clarísima de transferencia genética entre organismos modificados genéticamente en laboratorios de investigación y otros presentes libremente en la naturaleza.

Una interpretación indicaría que las evidencias encontradas tendrán una afectación directa en la salud de la población, ya que podría aumentar la cantidad de microorganismos patógenos resistentes a la acción de los antibióticos que se utilizan actualmente.

En México conocemos el caso de la contaminación del maíz nativo con líneas de maíz transgénico. Es éste otro caso de contaminación que provino desde laboratorios de ingeniería genética y que tiene como trasfondo principal el beneficio económico de corporaciones transnacionales semilleras, mientras que nosotras y nosotros perderemos biodiversidad, soberanía alimentaria y si no actuamos ahora, también nuestra salud. 

Author: Biodiversidad
Links in this article:
  • [1] http://www6.rel-uita.org/agricultura/agrotoxicos/semillas_de_la_muerte-2008/index.htm
  • [2] http://radiomundoreal.fm/Intoxicados
  • [3] http://www.etcgroup.org/
  • [4] http://maiznuestropatrimonio.org/imagenes-del-maiz/
  • [5] http://www.huffingtonpost.com/
  • [6] http://www.huffingtonpost.com
  • [7] http://www.centerforfoodsafety.org/
  • [8] http://www.centerforfoodsafety.org
  • [9] http://www.naturalnews.com/Monsanto.html