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El pepino y su particular 'tren de largo recorrido'

by | 7 Jun 2011

El recorrido que mantiene un producto como el pepino desde que sale del invernadero hasta que llega a su lugar de destino es largo, pero siempre bien planificado y estructurado. Como cualquier cosa que tiene que coger 'tono' para lograr un buen resultado final, el pepino pasa por diferentes pasos y especificaciones para que el consumidor pueda contar con un producto de calidad y, sobre todo, cien por cien sano. En este sentido, el primero de los pasos a llevar a cabo es acercar el género al lugar donde se prepara y se 'acicala' para partir hacia su nuevo destino. Estos lugares son o bien las cooperativas o bien las alhóndigas. Emilio Villegas, gerente de la cooperativa Agroejido, ha explicado un poco cuál es el trabajo que en su entidad realizan cuando reciben el género del invernadero. "Primero recogemos la partida y automáticamente se traslada a una báscula donde se le asigna un código de barras, es decir, un número que identifica a cada partida. Con este código se puede saber qué agricultor ha traído el género, qué producto es o cuántos kilos han entrado en esa ocasión". Es como hacerle el DNI a cada partida que entra a la cooperativa. A continuación, "el número fijado entra directamente a un programa informático que nos va a permitir reconocer la partida en todo momento, incluso cuando ésta llega a su lugar de destino, si el cliente quiere saber de qué finca o agricultor es, lo puede hacer sin problemas".

Los procesos que se llevan a cabo de manera encadenada están totalmente estudiados y registrados para que no haya ningún problema a la hora de venderlos. Por este motivo, Emilio Villegas indica que la trazabilidad del producto es "impecable. Desde que el género entra a nuestras instalaciones lo tenemos fichado". El siguiente paso es la manipulación del pepino, por ejemplo, si "el producto hay que prepararlo para que se plastifique, éste va a los hornos, después se coloca en la cinta de plastificado y por último se lleva a otra cinta que tiene un calibrador que clasifica el pepino por unidades para que no haya confusión a la hora de colocarlo en la caja".

Una vez manipulado el producto, el siguiente paso de la trazabilidad es colocar el género en palés para llevarlos a la cámara frigorífica donde se mantiene el pepino a una temperatura idónea de entre 5 y 7º centígrados, donde esperan para ser transportados al camión que los llevará al lugar de destino.

TRANSPORTE

Una vez que el pepino está listo en las cámaras frigoríficas entra en acción la empresa encargada de transportar el producto. En este proceso, Paco Amat, responsable de Almería Cargo, comenta que "todo se mide al milímetro y se realiza paso a paso para evitar errores. Por eso, cuando llegamos a la cooperativa o alhóndiga, la cámara del camión en la que va a ir el género se pone a una temperatura de unos 8-10º, a excepción de cuando la partida va a países como Suecia o Noruega que la temperatura aumenta a unos 10-12º, ya que son países muy fríos y los clientes piden que el equipo de ventilación mantenga el pepino en sus condiciones óptimas en todo momento". Este equipo instalado en la cámara frigorífica del camión tiene la tarea de remover el aire interno para que la mercancía se encuentre estable todo el viaje. Es cierto, según explica Paco Amat, que en algunas ocasiones, cuando el viaje es más largo "si te paras un par de veces para descansar, abres las puertas para que se airee un poco el género, pero normalmente lo que se hace es cerrar las puertas con cierres de seguridad para que nadie tenga acceso a los pepinos durante el trayecto".

Cuando el camión ha llegado al lugar de destino, el siguiente paso es colocar el género en un almacén, en el suelo o en palés, "te firman el certificado necesario para corroborar que todo ha llegado en perfectas condiciones y como el cliente quiere". Lo más importante que hay que destacar es que la cadena de frío no se pierde en ningún momento por lo que la mercancía no sufre daño alguno. Otro aspecto importante a resaltar del transporte es que los camiones suelen tener un lavado completo periódicamente con el empleo de productos que desinfectan bastante bien el interior de la cámara. "Aún así, en el caso de las frutas y hortalizas tampoco es muy necesario que sea diariamente, ya que son alimentos que no se pudren, que no huelen o que no tienen un corto periodo de vida. Esto no sería así si estuviéramos transportando carne o pescado, seres vivos que sí tienen un proceso de descomposición más rápido", argumenta el responsable de Almería Cargo.

Cuando el producto llega a los dominios de grandes mercados como Mercamadrid o Mercabarna, el género se trata y se manipula poco, pero, como afirma Paco Amat, "con todas las garantías, ya que cuando llega a estas instalaciones, modernas y con nuevas tecnologías, se prepara la partida para que salga a diferentes puntos de destino. Por ejemplo, cuando más se manipula el producto es cuando éste va a terminar en pequeñas fruterías o supermercados, donde los clientes solicitan cajas que tengan un combinado de productos. Por este motivo, hay que abrir las cajas, sacar los productos y confeccionar las nuevas para que estén al gusto del demandante. También es cierto que se hace para sacarle más rendimiento a la partida al ser ésta más llamativa". Tras pasar por Mercamadrid, el producto toma de nuevo camino hasta diferentes países como pueden ser Holanda, Alemania, Inglaterra, etc. Una vez que llegan allí, "sí es cierto que el producto se manipula mucho más, sobre todo en Holanda e Inglaterra, países donde la mercancía llega en plástico, la manipulan y la empaquetan de nuevo en función de las peticiones de los clientes. Por ejemplo, grandes cadenas de supermercados ya están vendiendo el producto partido por la mitad". Son otros muchos los destinos que puede tener una partida de pepino, como a cadenas de distribución, que a su vez reparten a cada uno de sus establecimiento; fruterías, tiendas gourmet o pequeños puestos situados en las principales calles de países como Alemania o Inglaterra.


ELENA SÁNCHEZ

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